Los dos años de promesas incumplidas de Maduro

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En honor a la verdad, la herencia política, económica y social que recibió Nicolás Maduro al fallecer el presidente Hugo Chávez en marzo del 2013 no era promisoria. Ya despuntaban los primeros elementos de la tremenda crisis monetaria, desabastecimiento y corrupción que la revolución bolivariana tejió durante años para impulsar el ‘socialismo del siglo XXI’ y conservar a toda costa el poder presidencial.

Valentina Lares Martiz / El Tiempo

Y lejos de desenredar esos hilos, al cumplir hoy dos años al frente del gobierno venezolano, el presidente Maduro es presa de una telaraña forjada por él mismo con promesas repetidas sin descanso en maratónicas transmisiones televisivas que no han cumplido los objetivos, más allá del intento desesperado de demostrar que está trabajando “para el pueblo”.

De las más dolorosas, ha sido la imposibilidad de resolver el problema del abastecimiento y el alto costo de la vida, que dejó a Venezuela con casi 70 por ciento de inflación el año pasado y con perspectivas de terminar el 2015 con hasta un 180 por ciento, según informes de Barclays y Bank of América (el Fondo Monetario Internacional vaticina que cerrará en 96,8 por ciento y una contracción de la economía del 7 por ciento).

Casi sobre cruces prometió “enderezar la economía” a finales del año pasado y que se entregaría a esa misión “en cuerpo y alma”. 

Ya en abril dijo: “Pagaremos de manera inmediata 30 por ciento de las divisas a los importadores privados” para retomar las importaciones y frenar la escasez. Y en el mismo discurso aseguró que revisaría el férreo control de precios para impulsar la producción: “Buscaremos el punto de equilibrio en el abastecimiento de 50 productos”.

Ninguna de estas se ha cumplido y se estima que la deuda con los privados supera los 10.000 millones de dólares, las importaciones en el 2014 cayeron 30 por ciento y 18,2 por ciento en lo que va de 2015, agudizando la escasez a niveles desconocidos en la Venezuela contemporánea. Tampoco se ha cumplido la madre de todas las promesas, hecha en enero del año pasado: “Vamos a derrotar el dólar paralelo”

El dólar del “mercado negro” es el que termina fijando los precios en la economía real de los venezolanos, pues los dólares oficiales de 6,3, 12 e incluso el último y más “libre” de todos que actualmente está en 195 bolívares, no se consiguen.

Cuando Maduro asumió la presidencia, el precio de ese dólar era de entre 20 y 22 bolívares, pero en octubre del 2014 superó los 100 bolívares y en febrero del 2015 los 200 bolívares, empujado también por la caída en los precios petroleros.

Lea el análisis completo en el diario El Tiempo

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